Los puertos del Estado con importante volumen de carga son grandes protagonistas de la actividad del transporte de mercancías por carretera en su zona de influencia. En el quinto puesto de España, por tráfico total de mercancías, se encuentra el puerto de Bilbao que, como no puede ser de otra forma, condiciona y articula el transporte de su territorio y colabora en el mantenimiento de numerosos puestos de trabajo.
A las más de 4.200 empresas de transporte de mercancías por carretera de Vizcaya (pesado, ligero y privado) que se benefician de esta entrada y salida de mercancías, cabría añadir las 1.100 de Álava y las 2.700 de Guipúzcoa.
Pero no se puede olvidar la importante influencia comercial e industrial que el puerto vizcaíno tiene para una parte considerable de las 2.500 empresas de transporte de Cantabria, de las 2.100 de Burgos, las 1.400 de La Rioja, las 3.300 de Navarra… O, por qué no, de las de Zaragoza, Asturias o León, por ejemplo.
En definitiva, un escenario posible de más de 40.000 camiones de diferentes empresas que trabajan habitualmente o trabajarán en el puerto de Bilbao.
Después del puerto de la Bahía de Algeciras (88.000 toneladas anuales de mercancías), Valencia (66.600 toneladas anuales), Barcelona (45.300 toneladas) y Cartagena (32.400 toneladas), el puerto de Bilbao, con más de 30.800 toneladas, se mantiene en un ranking muy competido y abiertamente peleado en los últimos años.
Sin embargo, de los conocidos conflictos portuarios de consignatarios explotadores, cargadores abusones, autoridades ausentes o asociaciones de transportistas con excesivo poder, el puerto de Bilbao ha alardeado de acumular todos estos “pecados” en distintas épocas o, incluso, de padecerlos todos al mismo tiempo.
Casi todos los actores de este escenario se esfuerzan ahora en mirar a una nueva orientación; sobre todo cuando desde distintos ámbitos se auguran malos tiempos para el transporte y para casi todo lo demás.
Visones diferentes
“El transporte en Vizcaya está en atonía general. La crisis ha pasado, pero ha dejado algo que no va a cambiar. La realidad es que ahora hay una situación un poco triste y pobretona”, quien así habla para Solo Camión es Iñaki Errasti, el presidente de Asetravi, la principal patronal de transportistas de Vizcaya.
Para el puerto de Bilbao, la patronal sugiere que se censen los transportistas autónomos y pequeñas empresas que entran para mantener un cierto control: “El puerto es muy importante para el entorno empresarial y sería bueno que se censaran las empresas. Ha habido actuaciones por parte del Gobierno vasco para regularizar esa actividad que se restringe para algunos y en la que toman parte organizaciones autónomas que no dejan de representar una alegalidad”.
Errasti se refiere a los históricos problemas del puerto vizcaíno por el control de las empresas que operan en él y las tarifas a las que deben trabajar, controladas unas veces por agencias de transporte, otras por sindicatos de transportistas y, las más de las veces, por un mercado que no perdona y al que se le cuida.
Asier Atutxa, presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, nos comenta: “Hemos dedicado muchas horas al diálogo. Porque condenar conflictos solamente es abocarse a la nada: después de hacer esa terapia grupal solo hemos conseguido perder tráficos y que se vayan a otro puerto”.
La prioridad de la Autoridad Portuaria de Bilbao ha sido la paz social entre los transportistas y generar mayores tráficos: “En los últimos años solo ha habido un conflicto con un boicot a un barco de Maersk por parte del transporte horizontal (el que desestiba y acumula en las campas). En ello tienen gran mérito los transportistas de mercancías del puerto de Bilbao”.
La defensa de los transportistas por parte de una autoridad portuaria no es vista con indulgencia por alguna asociación de transportistas autónomos vascos, como es el caso de Asotrava.
Pequeñas rencillas
Las opiniones públicas de Atutxa en defensa de algunas empresas sancionadas por la Autoridad Vasca de la Competencia por un presunto boicot a la naviera Marsk han escocido a escala local.
“La autoridad portuaria salió a los medios con unas declaraciones en defensa de los sancionados que no eran las mismas en situaciones más o menos parecidas de hace años, cuando no tuvo ningún reparo en apoyar las denuncias”, así nos lo comenta Amaia Martínez, secretaria técnica de Asotrava.
“Además, -continua Martínez- la autoridad portuaria, no debe posicionarse en defensa de nadie, sino de la comunidad portuaria en su conjunto”.
El conflicto al que hace referencia Asotrava también pone en entredicho dos instituciones –Competencia Vasca y la Autoridad Portuaria- que, desde distintos ámbitos, se las ubica en órbitas políticas diferentes y, a menudo, enfrentadas (cercana al PNV la primera y al PSOE la segunda).
Por otra parte, Asotrava ha acogido a buena parte de los asociados de Sintrabi, anteriormente un sindicato de transportistas autónomos muy activo y hoy prácticamente desaparecido por, entre otras cosas, las cargas económicas de anteriores sentencias condenatorias de Competencia.
Las rencillas habituales en este ámbito, no impiden que patronal, Autoridad Portuaria y asociación profesional señalen problemas inmediatos o recurrentes en el sector. Eso sí, no tiene por qué coincidir.
Problemas diarios
Para la patronal del transporte vizcaíno, el gran problema del sector ha residido y reside en los convenios colectivos.
“Llevamos años aumentando el convenio por el IPC más un dos y medio por ciento –nos señala Iñaki Errasti, presidente de Asetravi–. Ahora hemos logrado no indexar el IPC (en los sueldos del personal), pero no puede ser que el dogma de los sindicatos sea ni un paso atrás en los sueldos. Si las empresas no tienen rentabilidad, sucumbirán y no tendrán trabajadores”.
Para los representantes de los transportistas, las prioridades están, lógicamente, bastante alejadas: “Los problemas endémicos del sector siguen existiendo, porque no existe voluntad política de abordarlos –señala Amaia Martínez, de Asotrava–. El principal problema en Bilbao es que los transportistas pueden esperar hasta cinco o seis horas para que se les dé servicio por falta de previsión, organización o voluntad» concluye la secretaria técnica de Asotrava.
Mientras tanto, el puerto de Bilbao trata de mejorar día a día con medidas como la introducción de una aplicación móvil que ayude a regular el acceso de los camiones, la construcción de un nuevo espigón y de una plataforma o la lucha por una mejora de la capacidad de su enlace ferroviario.
La patronal, por su parte, mantiene abiertas negociaciones constantes relativas al convenio colectivo y los resultados se sostienen como uno de los tres o cuatro acuerdos más altos de España.
Las asociaciones de trabajadores, por último, continúan reclamando la mejora de las condiciones profesionales de colectivos desprotegidos como las de los conductores y estibadores del interior del puerto o en ámbitos como el transporte ligero, donde la competencia desleal es feroz.
El puerto de Bilbao, en todo caso, tiene el futuro asegurado; sus actores se empeñan en ello.