Peterbilt 379 de Marie y Bill, una joya restaurada

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No es extraño ver en las carreteras de Estados Unidos verdaderas joyas transformadas, y uno de los constructores más buscados para ello es indiscutiblemente Peterbilt, pues esta firma ya tiene una tradición de exclusividad en su fabricación ansiada por los profesionales de la rosca.

El constructor de camiones Peterbilt se consolidó desde su creación corporativa en 1939 como uno de los fabricantes más artesanales de la época.

Buena parte de esta reputación reside en que el creador de la empresa, Theodor Alfred Peterman, un empresario maderero de la época, adquirió Fageol Motors, que a causa de la Depresión no levantó cabeza, y decidió hacerse con ella para fabricarse los camiones para el transporte de troncos a medida de las necesidades que este transporte requería.

Mientras Henry Ford intentaba la fabricación en serie de sus camiones, la producción de Peterman no era muy amplia, 14 camiones al año, en la que se anteponía la calidad del producto a la cantidad, pues él era su principal cliente.

Años después, tras la muerte de Peterman, y la venta de las acciones de su viuda a un grupo de la gerencia de la empresa, éstos se vieron obligados a vender sus participaciones a PACCAR, para que no finalizase la estirpe Peterbilt, que por aquel entonces alcanzaba una producción de alrededor de 90 camiones al año, y que durante el primer año bajo la gestión de PACCAR y con la construcción de una nueva factoría, aumentó a más de 800 unidades, nada menos.

La historia de esta marca la convierte en el productor ideal para aficionados de todo el mundo de las transformaciones, pues si el vehículo ya cuenta con un aire de exclusividad, aún más si la personalización se lleva al extremo, con la pintura, los complementos y las modificaciones interiores, como sucede en este Peterbilt 379 de 1992 del matrimonio Sandvick, en el que el sleepper ha sido adaptado por el especialista Double Eagle y en el que cada detalle ha sido medido e ideado para pertenecer a este vehículo, convirtiendo la personalización en un arte, o en un delirante deseo, como han apodado al camión.

peterbilt decorado 379

En 1945, el constructor introdujo el aluminio en la fabricación de sus camiones, con el que consiguió una reducción de la tara del vehículo, cabina y chasis y aumentar de este modo la carga útil del camión.

En la actualidad, continúa empleando el mismo material pero ahora mucho más ligero y adaptado a los nuevos tiempos para además de disminuir el peso del conjunto, hacerlo más aerodinámico, por lo que los elementos que incorporan los Sandvick en aluminio: el paragolpes delantero, las llantas personalizadas, los guardabarros Haastyle, los dos tanques de combustible de 200 galones de capacidad  (aproximadamente 760 litros), las chimeneas de 200 mm y las viseras, le confieren este imponente aspecto.

Además para la transformación se ha optado por un inusual color de la pintura, la base es un color vino burdeos, sobre el que se sobreimpresionan unas llamas de color fucsia en varias de sus tonalidades, burdeos y blanco.

A pesar de la estrecha relación del constructor con PACCAR, y debido a las distintas configuraciones que permiten los constructores americanos, esta unidad está empujada por un propulsor Cummins de 460 CV, que se desmontó por completo, se pintó con el plateado como base y se caracterizó con las mismas llamas fucsias del exterior, para volver a ser montado en la zona anterior bajo el capot de la inmensa cabina avanzada.

Este modelo que fue lanzado en 1986 a la red de ventas Peterbilt, compuesta por más de 200 concesionarios diseminados por la geografía estadounidense, introducía los primeros diseños aerodinámicos para mejorar la eficiencia del combustible, que se han visto aumentados por algunos de los accesorios incluidos por los Sandvick.

Además, los modelos convencionales Peterbilt incorporan una amplia variedad de sistemas de suspensión para garantizar una marcha más suave y silenciosa para el conductor, así como el empleo de materiales para una prolongada durabilidad del modelo.

Por su parte, el interior del habitáculo está dividido en dos espacios bien diferenciados; la zona de trabajo o el puesto de conducción y la zona de descanso. Mientras la primera cuenta con varios accesorios metálicos y cromados en el tablier, pedales y guanteras, entre otros, la zona nocturna no dispone de ningún elemento de este tipo, puesto que, según los encargados de la transformación interior, Double Eagle, dificultan el descanso por sus efectos brillantes y deslumbrantes durante el empleo de luces por tenues que éstas sean.

Al mismo tiempo, la tapicería se ha diseñado en un terciopelo gris que cubre las paredes, a conjunto de los asientos de cuero en el mismo tono.

Los muebles se han tallado a medida en madera de roble, al igual que el panel de mandos y el volante, para finalizar la estampa con las cortinas de terciopelo también en tono granate burdeos, como el exterior del habitáculo. Como se observa en las fotos, todo elemento ha sido ideado para estar integrado en el conjunto.

En definitiva, no hay ningún detalle que desentone, o que no se haya personalizado o adaptado al resto. Así que tanto Marie como Bill recorren con su joya los concursos y festivales convocados en ambas costas de Estados Unidos, haciéndose con infinidad de trofeos y premios con tan preciada montura.

Probablemente, Peterman  jamás imaginó que se pudiera conseguir una máquina tan a medida y personalizada como este “delirante deseo” que los Sandvick han realizado a lo largo de diez años de su vida.

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